miércoles, 4 de abril de 2012

Ese tipo de frase

Aunque estoy parcialmente de acuerdo en las observaciones feministas respecto al uso sexista del lenguaje (y muchísimas otras reivindicaciones asociadas), siempre he sentido una ligera incomodidad ante cualquier colectivo autodenominado feminista. Quizás sea porque la palabra "feminista" siempre me ha parecido sexista. O por que la única vez que he comparecido delante de un grupo de este tipo fui abucheado y gritado después de hacer el simbolo internacional de "tócame los huevos" a una de las participantes de una assamblea.
Es por eso que en un gesto de paz, me gustaría contribuir con una expresión a añadir a la larga lista de usos nocivos del lenguaje que, por el bien de nuestro subconsciente y convivencia, estimo que deberían ser revisados.

No estoy seguro de que imágenes poner en este post.


Le pasó el otro día a un amigo mío (que sí, que os juro que os hablo de un amigo, demonios) que después de besarse toda la noche con una chica en una fiesta y de terminar en la cama tocándose y todo risas, cuando él se disponía a quitarse los pantalones la muchacha le dijo "no soy este tipo de chica".
Por supuesto, estamos tan acostumbrados a oír esta frase, residuo de una sociedad patriarcal centrada en la posesión jerárquica del cuerpo, que no parece tener nada raro. Pero dejadme que os muestre como esta expresión encierra una serie de connotaciones e ideas mucho más fuertes de lo que podría parecer en un principio.

Para la siguiente demostración, aplicaremos la misma fórmula a otro tipo de distinciones no sexuales.
Ejemplos:

-Vas solo por la calle, de noche. Se te acerca un hombre de piel oscura con una navaja. Sales corriendo. El hombre de color te grita "¡Eh, tranquilo! ¡No soy ese tipo de negro!"

-Luego de tomarse unas tapas en un bar, unos amigos deciden dividir la cuenta a partes iguales. Uno de los amigos anuncia "no soy ese tipo de catalán".

-Le preguntas a tu sobrino si le apetece bajar al sótano a jugar a un nuevo videojuego. Te mira con rabia, y, antes de escupirte en la cara y llamar a sus padres, te grita "no soy ese tipo de niño". Te hechas unas partidas al último Mario Kart tú solo.

-Estás en una cena con gente de diferentes países. Antes de servirte vino, ofreces llenarle la copa a un francés. El hombre frunce la nariz y te dice "no soy ese tipo de francés". 

-Un policía procede a una inspeccion de orificios sobre un hombre con turbante en un aeropuerto. El señor declara "no soy ese tipo de árabe".

-Trabajas en un restaurante. Te acercas a una mesa, ¿buenos días, que van a tomar? "No soy ese tipo de gordo".

-Unos testigos de jehová pasan por tu casa. Les invitas a entrar y les ofreces café. "No, gracias", responde uno de ellos, "no soy ese tipo de testigo de jehová. Prefiero , si es posible, con un par de azucarillos. MUY AMABLE, GRACIAS."

 -Le ofreces tu asiento a una mujer mayor. "No soy ese tipo de vieja".


-Le preguntas a un amigo si quiere ir a Disneyland. Te responde "no soy ese tipo de gay"

-Le pides prestado un boli a un compañero de trabajo. Cuando vas a devolvérselo, te exige que le des dos bolígrafos. Ante tu negativa, te dice "escucha, no sé que te habrás pensado pero yo no soy ese tipo de judío".


Aún no tengo muy claro que imágenes poner aquí.

 Como podéis apreciar,  la frase "no soy ese tipo de XXX", incluso descontextualizada, implica una naturaleza monolítica, una caracterología inmóvil, un estigma irrevocable y admitido.

No es justo, ni para la chica que pronuncia "yo no soy este tipo de chica", ni para el chico que lo escucha, someterse a la dictadura lingüística que nos atrapa a todos desde el subconsciente y contribuye a formar una imagen normativizada y unívoca de lo que significa "ser mujer".

Por eso, cuando un@ chic@ os diga, luego de rozar vuestros genitales toda la noche y llevaros a la cama con la lengua hasta la tráquea, que "no soy ese tipo de chic@", lo lingüísticamente correcto es bajaros los pantalones, poneros de cuclillas sobre la cama, apretar fuerte los abdominales, y mientras la mierda humeante y fresca se posa delicadamente sobre las sábanas, mirarl@ directamente a los ojos, y enunciar, clara y lentamente:
"No soy ese tipo de ser humano".

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