sábado, 29 de septiembre de 2012

En el párking

En el párking subterráneo hay demasiadas columnas. Moverse ahí con el coche requiere de docenas de maniobras en las que se avanza unos cuantos centímetros a cada vez. Desearías que tu coche fuera como uno de esos autobuses oruga, que pudiera doblarse por la mitad, pero en vez de eso sigues haciendo las maniobras y lo rallas contra el hormigón y quizás arrancas un cacho de retrovisor.
En realidad la inmensa mayoría de las columnas no tienen un verdadero valor estructural. Al arquitecto le pareció que "hacían parking".

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